Las declaraciones de Marco Rubén tras el último partido de Rosario Central han encendido las alarmas en el fútbol argentino. El histórico delantero, con lágrimas contenidas, expresó su malestar:

«Pudo haber sido mi último partido en este club. Estoy viendo la situación que está pasando, porque hay cosas que no me gustaron. Es uno de los días más tristes con la camiseta de Rosario Central.»

Aunque Rubén no mencionó directamente a Ariel Holan, su mensaje parece apuntar al actual entrenador del equipo. La situación recuerda lo sucedido en Barcelona SC, cuando Holan tomó decisiones controversiales que incluyeron la salida de Damián Díaz, un ídolo indiscutido del cuadro amarillo.

Holan y su relación con los ídolos

El paso de Holan por Barcelona dejó una marca, no solo por su rendimiento, sino por su manejo con figuras emblemáticas. La salida de Díaz generó un cisma en la hinchada y el equipo, siendo criticado por priorizar sus métodos y dejar de lado a referentes que representaban mucho más que rendimiento futbolístico: una conexión emocional con la afición.

Ahora, en Rosario Central, la historia parece repetirse. Rubén, un símbolo del club, dejó entrever una insatisfacción con las dinámicas actuales, alimentando la percepción de que Holan tiene dificultades para gestionar figuras con peso histórico.

¿Crisis en Rosario Central?

Las palabras de Rubén no solo señalan un conflicto puntual; son un llamado de atención sobre el manejo interno del equipo. Si la dirigencia no actúa a tiempo, Rosario Central podría enfrentar una fractura similar a la vivida en Barcelona SC, donde las decisiones divisorias de Holan impactaron el rendimiento colectivo y la relación con los hinchas.

El dilema de Ariel Holan continúa siendo el mismo: lograr un equilibrio entre implementar su estilo y respetar la historia y los referentes que construyen el alma de los clubes que dirige.