La noticia sacudió Brasil este jueves cuando São Paulo anunció la destitución de su entrenador, Thiago Carpini, luego de sufrir dos derrotas consecutivas en los primeros partidos del Campeonato Brasileño. Carpini, quien asumió el cargo hace tan solo tres meses, pagó el precio de los resultados negativos que colocaron al equipo en una posición preocupante en la tabla de clasificación.
La decisión de destituir a Carpini llega como un golpe inesperado para São Paulo, especialmente después de haber contratado al entrenador en reemplazo de Dorival Júnior, quien dejó el cargo para convertirse en el nuevo seleccionador de Brasil. Sin embargo, los resultados no han estado a la altura de las expectativas, y Carpini no logró revertir la situación en su corto tiempo al frente del equipo.
Durante su mandato de 18 partidos, Carpini obtuvo siete victorias, seis empates y cinco derrotas, un desempeño que no cumplió con las expectativas del exigente público de São Paulo. La presión aumentó aún más después de la abrumadora derrota por 1-2 ante Fortaleza en el debut en casa del equipo, seguida por otra derrota por 2-1 contra Flamengo en el estadio Maracaná.
Con el equipo ocupando el penúltimo lugar en la clasificación del Campeonato Brasileño y eliminado en cuartos de final del Campeonato Paulista por Novorizontino, la situación se volvió insostenible para Carpini. Además, la segunda posición en la clasificación del Grupo B de la Copa Libertadores, a solo un punto del líder Talleres, no fue suficiente para salvar su puesto.
La destitución de Carpini pone de relieve los desafíos que enfrenta São Paulo en una temporada que prometía mucho pero que hasta ahora ha sido decepcionante. Ahora, el club se encuentra en la búsqueda de un nuevo entrenador que pueda revitalizar al equipo y llevarlo de vuelta al camino del éxito en ambas competiciones, tanto en el ámbito nacional como internacional.