El uso del doble 9 por parte de Barcelona SC en el partido contra Delfín generó diversas opiniones entre los aficionados y expertos. Aunque esta estrategia causó muchas críticas desde el inicio, es fundamental evaluar el contexto general del equipo durante el encuentro.
El rendimiento de los delanteros Felipe Caicedo y Miguel Parrales estuvo condicionado por la falta de conexión entre las líneas del equipo, lo que limitó las oportunidades claras de remate. El funcionamiento colectivo no logró consolidar una generación constante de juego, factor clave para que el doble 9 no rindiera como se esperaba.
El cuerpo técnico y los jugadores ahora deben enfocarse en mejorar la sincronía entre mediocampo y ataque para sacar el máximo provecho de esta táctica en próximos partidos.